3.2.- Líquidos

Para entender cómo se comportan los líquidos vamos a seguir con nuestro ejemplo de los niños… Supongamos ahora unos párvulos yendo de visita. Van tomados de la mano, de dos en dos o de tres en tres.
Si tienen que avanzar más rápido, corren, pero siguen tomados de la mano, si no de su compañero anterior, de otro. Sus movimientos no son tan erráticos como cuando corren solos en el recreo. Si entran en una habitación cuadrada, no usan todo el espacio disponible sino que adoptarán una posición circular, o si es rectangular la adoptarán elíptica. Si tienen que sortear algún obstáculo se sueltan pero vuelven enseguida a tomarse de la mano.
También puedes pensar en el comportamiento de un enjambre de abejas. Cada abeja se mueve libremente por el enjambre, pero no se separa de sus compañeras; siempre está interactuando con algunas de ellas, con las que son sus vecinas en cada momento.
Pues así, como los niños de excursión o como las abejas del enjambre, es como se comportan las moléculas de los líquidos.
Ahora, a diferencia de en los gases, sí existen fuerzas entre las moléculas. Cada molécula interacciona con sus vecinas, lo bastante fuerte como para no poder separarse de ellas, pero no tanto como para impedir que puedan desplazarse unas respecto a otras.
Ahora ya no hay grandes espacios entre las moléculas; están casi juntas, pero no fijas en un sitio. Ese comportamiento de las moléculas se traduce en las propiedades que vemos de los líquidos:

- Los líquidos no tienen forma propia, pero sí volumen propio.
- Los líquidos no pueden ni comprimirse ni expandirse.
- Los líquidos son fluidos, pueden derramarse.
La primera de estas propiedades la tienes más que comprobada: Si pasas 1L de agua de un recipiente a otro distinto, el volumen de agua que tienes no cambiará, seguirá siendo 1 L, pero la forma será diferente, adoptará la forma del nuevo recipiente. Si compras un litro de leche, da igual que esté en un tetrabrick o en una botella de plástico o de cristal o en una bolsa… aunque tenga distinta forma… sigue siendo un litro.
La tercera propiedad también la conoces de sobra. Pero tal vez no hayas caído en la cuenta de que no todos se derraman de la misma manera, con la misma facilidad. El alcohol, por ejemplo, tiene mucha facilidad para derramarse, igual que el mercurio ¿Pero qué me dices del aceite o… de la miel? Y es que no todos los líquidos tiene la misma viscosidad.

La miel es un líquido muy viscoso
Imagen: flickr.com / Pantonality

El mercurio es un líquido muy poco viscoso
Imagen: sxc.hu
En cuanto a la segunda propiedad, te proponemos que intentes realizar el experimento de la jeringuilla que has aprendido en el apartado de los gases, pero poniendo agua en la misma en lugar de aire…. Ya verás lo que sucede.

¡Ojo, es muy fácil confundirse!
Aunque muchas personas los confunden, no es lo mismo viscoso que denso. El aceite es más viscoso que el agua, se derrama con más dificultad, es menos fluido. Sin embargo, es menos denso que el agua, flota en ella.
Un caso extremo es el mercurio, un líquido muy fluído, muy poco viscoso, que se derrama con mucha facilidad pero... que es extremadamente denso. Tanto como puedes apreciar en la foto: sobre él flota ¡una bola de billar! (y no es un truco, que conste)

Autoevaluación
Contesta si serán verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones.
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso


Imagen: flickr.com / [martin]
Para saber más…
¿Alguna vez has dado un "barrigazo" al intentar tirarte de cabeza a una piscina? Duele, ¿verdad?. Y es que la superficie del agua, como la de todos los demás líquidos, es más dura de lo que parece.
Algunos animales de poco peso pueden caminar sobre ella o incluso mantenerse sin moverse posados en su superficie sin ningún problema ni riesgo de hundirse. ¿Por qué sucede esto?
La respuesta está en una propiedad de los líquidos llamada tensión superficial. Si sientes curiosidad por saber de qué va, haz click en el bichito.