2.4.- Los agentes geológicos externos y el relieve

Icono de iDevice Caso de estudio

¡Qué ajetreo! Estarán pensando nuestros visitantes al ver la incesante actividad de la superficie terrestre ¿Es que la acción de los agentes externos no para nunca?


Pues no, no para. Y no solo eso, además, todos los procesos geológicos externos ocurren simultáneamente: Una roca puede ser meteorizada y erosionada mientras está siendo transportada, e incluso una vez que ha sido depositada en forma de sedimento.

Todo este ajetreo, esta acción lenta, pero continua, de los agentes externos va modelando el relieve y "esculpiendo" el paisaje. Pero, ¿a qué se debe la variedad del paisaje?

Pues fundamentalmente a que no todos los agentes actúan de la misma forma ni con la misma intensidad. Varios factores condicionan la influencia de los agentes geológicos externos en el modelado del relieve:

El clima, que hace que predomine uno u otro agente:

En climas áridos domina claramente la acción del viento

En climas áridos domina claramente la acción del viento
Imagen: flickr.com / Erik-n

En climas polares y de alta montaña, es el hielo el agente dominante

En climas polares y de alta montaña, es el hielo el agente dominante
Imagen: flickr.com / Now picnic

En climas templados, las corrientes de agua son los factores más importantes

En climas templados, las corrientes de agua son los factor más importantes
Imagen: flickr.com / antonioperezrio.com

El tipo de rocas (la litología), puesto que no todas las rocas son igual de resistentes a la erosión, ni se erosionan de la misma forma.

Piedra granítica Formación de arenisca

Imágenes: flickr.com / Tolka Rover / Arbyreed

Un mismo agente, por ejemplo el viento, en un mismo tipo de clima, produce efectos distintos sobre granitos que sobre areniscas.

Por cierto…

Icono de IDevice de pregunta Pregunta de Elección Múltiple

Autoevaluación

¿Cuál de las dos fotografías anteriores corresponderá a granitos?

       
La de la derecha
La de la izquierda

Acantilados en Irlanda

Imagen: MEC-ITE

La forma en la que las rocas están dispuestas (la estructura), favorece la formación de un paisaje u otro, aún sobre el mismo tipo de rocas y en el mismo clima.

Una costa alta favorecerá la presencia de acantilados, donde la erosión marina es dominante. En cambio, una costa baja favorecerá la formación de playas, un paisaje en el que el proceso más importante es la sedimentación.