1. El lenguaje oral coloquial

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- Papá, compra papeletas, que yo quiero un peluchito - grita un mocoso de apenas 10 años, agarrado a la mano de su padre.
- ¿No sabes que esto nunca toca, nene? Ahora te compro algo que te guste en los puestecillos, ¿eh? Venga, dame la manita.
- ¡Venga, papá! ¡que yo quiero un peluche de éstos! ¡Y el hombre dice que siempre toca!
- Te creerás tú que éstos dan duros a cuatro pesetas... Que no atan los perros con longaniza, nene, que esto es un camelo, ¿me entiendes?
- Pero, papá, es que yo quiero un peluche... - se queja el niño haciendo pucheros, sin saber qué sería aquello de los duros y las pesetas, con los puños cerrados - ¡Venga, papá, compra una papeleta!
- Quien bien te quiere te hará llorar, nene - le dice acariciándole el cogote - verás como lo pasamos bien sin peluches y sin tonterías, ¿me entiendes?
- Que yo quiero... -balbucea el muchacho, sin saber qué decir - yo quiero...,¡ay!, un peluche,...no, una papeleta,...
Seguro que la forma de hablar de Pedro y de su padre no te resultan extrañas, ya que utilizan el registro coloquial oral, que utilizamos a diario en nuestra vida cotidiana.
Vamos a estudiar aquí algunas características de este lenguaje:


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1. USO DE UN VOCABULARIO AFECTIVO, DIMINUTIVOS E HIPOCORÍSTICOS: Como vimos en el tema 2 del bloque anterior, el registro coloquial se utiliza para situaciones en las que existe confianza entre los hablantes. Para mostrar esta confianza, se utiliza muchas veces un vocabulario afectivo, en el que se muestran los sentimientos que se tienen ante las cosas. Para mostrar esos sentimientos de confianza y cariño, muchas veces se usan diminutivos o hipocorísticos.
- Los diminutivos se usan normalmente para indicar el tamaño pequeño de alguna cosa. Sin embargo, en el lenguaje coloquial, se pueden usar para mostrar cariño o afectividad. En el texto, Pedro pide a su padre un peluchito. ¿Te has dado cuenta de que los niños pequeños utilizan mucho los diminutivos? Incluso los adultos, cuando se dirijen a un niño, los utilizan. Y así, usamos "el abuelito", aunque éste sea enorme, o "dame la manita" aunque la mano en cuestión tenga un tamaño normal.
- Los hipocorísticos son los nombres propios que utilizamos para personas con las que tenemos confianza. A un desconocido seguramente lo llamaremos Francisco, incluso don Francisco. Sin embargo, si es alguien que conocemos, quizás lo conozcamos como Paco, Frasco, Curro, Frasquito, Paquillo, Paquito,... Como ves, esta forma de nombrar a las personas es propia del registro coloquial.
2. IMPORTANCIA DEL LENGUAJE GESTUAL: Cuando hablamos, utilizamos continuamente nuestras manos, nuestra mirada, nuestra boca, para hacer gestos que sirven para hacer más expresiva nuestra comunicación. Seguramente, si te llevas una sorpresa, abrirás los ojos como platos y te quedarás con la boca abierta; si te enfadas, fruncirás el ceño, si saludas a alguien, agitarás tu mano...
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3. ABUNDANCIA DE REPETICIONES Y MULETILLAS: Como el lenguaje coloquial oral no está preparado, a veces se producen repeticiones continuas de frases y palabras. Por ejemplo en el texto que hemos leído, Pedr quiere un peluche y lo repite hasta cuatro veces. El padre también repite un par de veces la expresión ¿me entiendes? al final de las frases. Se trata de una muletilla, es decir, de una palabra o frase que utilizamos muy repetidamente. Seguramente conoces a alguien que siempre comienza sus frases con "Y entonces..." y lo repite: "Y entonces..., y entonces..., y entonces..." o alguien que dice continuamente "o sea..., o sea..., o sea...".
4. UTILIZACIÓN DE INTERJECCIONES: Las interjecciones son palabras que se usan para mostrar sorpresa, admiración, dolor, molestia, aburrimiento,... o, simplemente, para llamar la atención de otra persona: ay, eh, uf, hola, oh,... serían algunos ejemplos. Al final del texto, el niño lloroso, se lamenta, sabiendo que no conseguirá el peluche. Para ello, utiliza una simple interjección: ¡ay!
5. VACILACIONES Y FRASES INTERRUMPIDAS: En la última frase del niño, podemos leer "que yo quiero..., yo quiero, ¡ay!, un peluche, no, ... una papeleta...". Como el lenguaje oral coloquial no se prepara con antelación, es posible que cambiemos de opinión a medida que estemos hablando o que dudemos sobre lo que vamos a decir. Por eso, cuando hablamos a veces interrumpimos las frases y las dejamos a medias, o la terminamos de otra manera.
6. INTERROGACIONES Y EXCLAMACIONES: ¿Qué hay más expresivo que las interrogaciones y las exclamaciones? ¡Pocas cosas! La entonación de nuestras frases al hablar muestra claramente nuestros sentimientos. Por eso, para expresar duda, sorpresa, admiración, enfado,... utilizamos entonaciones interrogativas o exclamativas.
7. FRASES HECHAS Y REFRANES: El lenguaje coloquial oral está lleno de sabiduría popular, por lo que los refranes y las frases hechas se utilizan muy a menudo. En los próximos apartados los estudiaremos de forma más detenida.

En el siguiente vídeo podrás ver un fragmento de la película Bajarse al moro, dirigida por Fernando Colomo y basada en la obra de teatro homónima de José Luis Alonso de Santos.
Indica ahora si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas:
1. Los personajes del fragmento respetan siempre el turno de palabra.
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso