Tarea. Literatura

En esta tarea sigue los pasos siguientes:

1) El mundo del trabajo y las relaciones laborales ha sido el tema de esta unidad. Así se expresa Lázaro en el último tratado del libro:
 

Y pensando en qué modo de vivir haría mi asiento, por tener descanso y ganar algo para la vejez, quiso Dios alumbrarme, y ponerme en camino y manera provechosa. Y con favor que tuve de amigos y señores, todos mis trabajos y fatigas hasta entonces pasados fueron pagados con alcanzar lo que procuré: que fue un oficio real, viendo que no hay nadie que medre, sino los que le tienen.

Lazarillo de Tormes. Tratado VII

a) Investiga sobre cuál era ese oficio real al que alude el texto, cómo lo consiguió, y a qué tuvo que renunciar para mantenerlo.

b) El texto habla también de trabajos y fatigas hasta entonces pasados. ¿A qué se refiere? Explica cuáles pueden ser algunos de esos trabajos y fatigas. (En el contenido de los otros tratados encontrarás ejemplos suficientes, pon al menos tres).

c) En el Tratado III de El Lazarillo el amo de Lázaro está dispuesto a pasar hambre antes que a trabajar, simplemente por una cuestión de honor. ¿Quién es este amo? Comenta también qué especial relación se establece entre ambos personajes para solucionar este problema de conseguir comida.

2) En el siguiente texto, tomado del capítulo XXII de la primera parte de El Quijote, los protagonistas se encuentran con una cadena de presos que iban condenados a galeras. Léelo con atención; luego tendrás que responder a algunas cuestiones:
 
Llegó, en esto, la cadena de los galeotes, y don Quijote, con muy corteses razones, pidió a los que iban en su guarda fuesen servidos de informalle y decille la causa o causas porque llevan aquella gente de aquella manera. Una de las guardas de a caballo respondió que eran galeotes, gente de Su Majestad, que iba a galeras, y que no había más que decir, ni él tenía más que saber.
—Con todo eso —replicó don Quijote—, querría saber de cada uno dellos en particular la causa de su desgracia.
Añadió a éstas otras tales y tan comedidas razones para moverlos a que dijesen lo que deseaba, que la otra guarda de a caballo le dijo:
—Aunque llevamos aquí el registro y la fe de las sentencias de cada uno destos malaventurados, no es tiempo éste de detenernos a sacarlas ni a leellas: vuestra merced llegue y se lo pregunte a ellos mesmos, que ellos lo dirán si quisieren; que sí querrán, porque es gente que recibe gusto de hacer y decir bellaquerías.
Con esta licencia, que don Quijote se tomara aunque no se la dieran, se llegó a la cadena y al primero le preguntó que por qué pecados iba de tan mala guisa. Él le respondió que por enamorado iba de aquella manera.

Imagen. Autor: Gabriele Muñagorri Mendiola. Permitido su uso educativo no comercial.

—¿Por eso no más? —replicó don Quijote—. Pues si por enamorados echan a galeras, días ha que pudiera yo estar bogando en ellas.
—No son los amores como los que vuestra merced piensa —dijo el galeote—; que los míos fueron que quise tanto a una canasta de colar atestada de ropa blanca, que la abracé conmigo tan fuertemente, que a no quitármela la justicia por fuerza, aún hasta agora no la hubiera dejado de mi voluntad. Fue en fragante, no hubo lugar de tormento; concluyóse la causa, acomodáronme las espaldas con ciento, y por añadidura tres precisos de gurapas, y acabóse la obra.
—¿Qué son gurapas? —preguntó don Quijote.
—Gurapas son galeras —respondió el galeote.
El cual era un mozo de hasta edad de veinte y cuatro años, y dijo que era natural de Piedrahita. Lo mesmo preguntó don Quijote al segundo, el cual no respondió palabra, según iba de triste y malencónico; mas respondió por él el primero, y dijo:
—Éste, señor, va por canario, digo, por músico y cantor.
—Pues, ¿cómo? —repitió don Quijote—. ¿Por músicos y cantores van también a galeras?
—Sí, señor —respondió el galeote—; que no hay peor cosa que cantar en el ansia.
—Antes he yo oído decir —dijo don Quijote— que quien canta, sus males espanta.
—Aca es al revés —dijo el galeote—; que quien canta una vez, llora toda la vida.
—No lo entiendo —dijo don Quijote.
Mas una de las guardas le dijo:
—Señor caballero, cantar en el ansia se dice entre esta gente non santa confesar en el tormento. A este pecador le dieron tormento y confesó su delito, que era ser cuatrero, que es ser ladrón de bestias, y por haber confesado le condenaron por seis años a galeras, amén de doscientos azotes, que ya lleva en las espaldas; y va siempre pensativo y triste porque los demás ladrones que allá quedan y aquí van le maltratan y aniquilan, y escarnecen, y tienen en poco, porque confesó, y no tuvo ánimo de decir nones. Porque dicen ellos que tantas letras tiene un no como un sí, y que harta ventura tiene un delincuente, que está en su lengua su vida o su muerte, y no en la de los testigos y probanzas; y para mí tengo que no van muy fuera de camino.
—Y yo lo entiendo así —respondió don Quijote.

a) Resume en unas pocas líneas lo que ocurre en este fragmento.

b) En el diálogo que se establece con los presos, hay algunas expresiones que don Quijote no entiende bien. A ver cuántas eres capaz de localizar. Anótalas y trata de explicar su significado real en este contexto.

c) ¿Qué diferencias aprecias en los distintos registros lingüísticos de los personajes que intervienen en el diálogo?


Cuando lo tengas todo listo, prepara un documento de texto y envíaselo a tu profesor.