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Seguro que participas casi a diario en la actividad comercial, o consumiendo o trabajando en ella, así que comprenderás su importancia económica.

Tradicionalmente, la zona comercial por excelencia es el centro de la ciudad, en cuyas calles se acumulan gran número de comercios y otros servicios como bares, bancos, oficinas, etc.

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Las tiendas especializadas en productos concretos, y de mayor valor, se suelen colocar en lugares céntricos de la ciudad, que resultan accesibles mediante el transporte público. En esta zona comercial más exclusiva el precio de los locales es mayor, por lo que solemos encontrar tiendas bastante especializadas y normalmente de grandes firmas comerciales.

 

 

Escaparate de una sombrerería en el centro de la ciudad

 

 

 

 

Pero la demanda de la población de las grandes ciudades hace que la forma y la distribución del comercio se diversifiquen, y surgen nuevos formatos de comercio que afectan al paisaje urbano y a las formas de vida en la ciudad. Por ejemplo, el elevado precio del suelo urbano en el centro de la ciudad y la búsqueda de estacionamiento para los usuarios hacen que los hipermercados o grandes superficies comerciales se sitúen a las afueras, aunque, eso sí, en lugares bien comunicados.

 

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En las afueras de la ciudad, cerca de los nuevos barrios residenciales, solemos encontrar las grandes superficies comerciales

La actividad comercial es una de las más presentes en cualquier ciudad, tanto a pequeña y media escala (para el abastecimiento de la población), como a gran escala (sedes centrales de compañías comerciales).