El Impresionismo. La pincelada a la caza y captura de la luz.


Impresión, sol naciente. Claude Monet (1872). Wikimedia Commons, d.p. Este fue el cuadro que dio nombre al movimiento impresionista.

Se veía venir. Desde las manchas de los pintores románticos y los paisajes de los realistas, se anticipaba el Impresionismo, que es la evolución natural de ambos.

Este movimiento, surgido en 1865, es la culminación de la ilusión por captar la luz de toda la pintura occidental desde el Renacimiento. Cuando empezaron, los pintores impresionistas tuvieron que cargar con la incomprensión que provocaba el nuevo estilo. Así, el crítico del periódico Le Figaro, escribió en 1876 a propósito de una exposición en la Rue Peletier, que "tras el incendio de la Ópera" (que estaba allí), "la exposición constituye la segunda desgracia para esa calle". 

Vista de Vétheuil. Claude Monet (1880). Wikimedia Commons, dominio público.
Icono IDevice Pre-conocimiento
En el siguiente enlace encontrarás un breve video sobre el origen del movimiento impresionista.
 

El Impresionismo adoptó las últimas teorías ópticas de la época, y se basó en los siguientes principios:

 


El pintor Eugene Manet con su hija. Bertha Morissot (1883). Wikimedia Commons, d.p.

 

 

El pintor debe intentar captar la luz, vibrante, destructora de formas. El color no existe, son sólo divisiones de la luz, y es mediante colores como debemos recomponer la sensación visual de luz en los objetos pintados.

Los colores se clasifican en complementarios y primarios, y asociándolos se pueden obtener efectos inesperados.

El dibujo desaparece, o como mínimo, se hace muy secundario, ya que las vibraciones de la luz en la atmósfera se captan mejor con una técnica de pinceladas sueltas y manchas de color.

El artista debe ser capaz de representar apariencias sucesivas, es decir, como la realidad es cambiante minuto a minuto, a veces se pinta un mismo motivo muchas veces para apreciar sus cambios de iluminación.

La pintura debe realizarse al aire libre, como ya hacía la escuela de Barbizon, para conseguir más espontaneidad y verdad en los lienzos, huyendo de la pose falsa de estudio. Decía Manet: "Cuando entro en mi taller me parece entrar en una tumba".

 

 

 

 

Fíjate en la siguiente galería y comprueba que para un impresionista, como Claude Monet, lo importante no es tanto el tema que se pinta, sino captar los efectos que produce el cambio de la luz. Por eso en ocasiones repiten la misma vista en diferentes momentos del día.

Icono IDevice Diferentes vistas del Puente de Argenteil por Claude Monet
Muestra Imagen C. Monet. Puente de Argenteuil.
C. Monet. Puente de Argenteuil.
Muestra Imagen C. Monet. Puente de Argenteuil.
C. Monet. Puente de Argenteuil.
Muestra Imagen C. Monet. Puente de Argenteuil.
C. Monet. Puente de Argenteuil.
Muestra Imagen C. Monet. Puente de Argenteuil.
C. Monet. Puente de Argenteuil.
Pregunta Verdadero-Falso
Seguro que recuerdas al pintor romántico Turner, del que vimos algunos cuadros en el bloque anterior. Ahora vamos a poner uno de sus cuadros junto a otro de un impresionista, Alfred Sisley. Compáralos y señala si las afirmaciones que siguen te parecen verdaderas o falsas.


El Castillo de Flint. W. Turner (1838). Wikimedia Commons, d.p.
El puente de Sevres. A. Sisley (1877). Wikimedia Commons, d.p.


En ambos cuadros la luz tiene más importancia que la escena en sí misma.

Verdadero Falso


En ambos cuadros se ha buscado un encuadre simétrico entre el cielo y la tierra.

Verdadero Falso


En el cuadro de Turner se aprecia un pincelada más suelta que en el de Sisley.

Verdadero Falso