2.2. La intervención extranjera en la Guerra Civil.


Soldados alemanes que lucharon en el bando golpista. Imagen de Wikimedia Commons. Lic. Creative Commons.

Voluntarios de las Brigadas Internacionales al servicio de la República. Imagen de nodo50. Dominio público.
Desde el primer momento, la Guerra Civil española tuvo un carácter internacional. Se mezclaron aquí los intereses de las principales potencias mundiales y el compromiso ideológico de los diferentes gobiernos y ciudadanos.

Ya antes del levantamiento, Alemania e Italia ofrecieron una decisiva ayuda al bando franquista, a cambio de conseguir beneficios estratégicos en el Mediterráneo y un posible aliado en la lucha internacional contra los sistemas democráticos y el comunismo. Este apoyo se concretó en armas, dinero, tropas y, sobre todo, aviones, que fueron fundamentales para la victoria franquista.

Alemania, además, necesitaba probar sus armas de cara a un futuro conflicto mundial. La Lutfwaffe (la aviación alemana), encontró en España un campo de entrenamiento ideal para probar su nuevo armamento, que aún no se había usado en combate real.

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Armas extranjeras en la Guerra Civil española.



La Puerta de Alcalá de Madrid engalanada con símbolos soviéticos. Imagen de lamemoriaviva. Dominio público.
 
 
Por su parte, la Unión Soviética tuvo muy claro desde el principio que debía ayudar a la República para frenar la expansión del nazismo y el fascismo en Europa. Pero esta ayuda no fue incondicional, ya que Stalin exigía el traslado de las reservas de oro del banco de España a Moscú por adelantado como garantía del pago del material suministrado. Es decir, que ayudaba, pero con el dinero por delante. Se han escrito últimamente varios trabajos interesantes sobre este tema, que nos ilustran hasta qué punto la URSS estafó a la República, con el cambio de divisas, por ejemplo.
 
Pese al alto precio pagado por él, el material bélico ruso fue decisivo para que el gobierno de la república pudiera compensar un poco la gran cantidad de ayuda militar que recibieron los golpistas por parte de Italia y Alemania.
 
Además, Stalin mandó asesores comunistas rusos para orientar al gobierno republicano en la estrategia militar, con lo que la influencia soviética sobre la España republicana fue creciendo a lo largo de la guerra.

Cartel de apoyo a la República editado en Francia Por Joan Miró. Imagen de williamweston. Dominio público.

Pero el desenlace de la guerra estuvo marcado no sólo por la desigual ayuda extranjera a los bandos, sino que fue determinante la no participación a favor de la República de las democracias occidentales, que abandonaron a su suerte a un gobierno legal salido de las urnas, pese a su afinidad moral, por miedo a provocar una guerra mundial que, de todas formas, acabó resultando inevitable.

Gran Bretaña estaba decidida a mantenerse neutral por miedo a la reacción de Hitler, aunque no le hacía ninguna gracia la expansión de Alemania e Italia cerca de su colonia, Gibraltar.

La postura de Francia fue aun más polémica, ya que este país tenía un gobierno similar al español, un Frente Popular de izquierdas. Su vecindad hubiera permitido suministrar ayuda militar a la República. Sin embargo su apoyo al gobierno legal de España fue mínimo y apenas hizo nada en su favor, porque se sentía amenazada por Alemania y esperaba que la guerra durara poco.

El jefe del gobierno francés, el socialista Leon Blum, propuso la fórmula de la "no intervención", por la que las potencias se comprometían a no enviar material ni hombres a ningún bando. No obstante, éste fue uno de los ejercicios de hipocresía más grandes de la historia, porque en la práctica Alemania e Italia siguieron colaborando activamente con Franco y la URSS con los republicanos. Francia hacía la vista gorda al paso de armas para la República por la frontera de los Pirineos, y Estados Unidos miraba para otro lado cuando sus petroleras suministraban a Franco combustible. 

 

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La guerra no fue sólo un problema de los gobiernos, sino que movilizó a las masas populares de muchos países, que pensaron que en España se estaba decidiendo el futuro de todo el mundo, la supervivencia de las democracias, para unos, el fin del comunismo opresor para otros o el freno del ascenso del fascismo. Muchos voluntarios de todo el mundo encontraron alguna razón para acudir a España a luchar en uno u otro de los bandos enfrentados.

AV - Pregunta Verdadero-Falso
Señala si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas.


El gobierno de la República fue apoyado militarmente por la URSS, Francia y Gran Bretaña.

Verdadero Falso


Las tropas golpistas fueron apoyadas por los gobiernos de Italia y Alemania porque tenían afinidad ideológica con ellos.

Verdadero Falso